15 de enero:
Cuando el discípulo está preparado, el Maestro llega. Construimos con él una relación de amor.
El Maestro es un canal y tiene la habilidad de verter a través de sí mismo todas las energías que una persona requiere. Pero el que las recibe también debe tener unas ciertas cualidades: sinceridad y honestidad.
Un ser humano necesita el toque humano, el impulso humano, para obtener el máximo beneficio. Cuando te sientes enfermo llamas al médico. Aun así, no hay médico que te pueda curar: tu cuerpo tiene en su interior todos los elementos para curarse a sí mismo. El médico puede diagnosticar el origen de la enfermedad, y la medicina que te prescribirá será el factor que equilibrará las fuerzas en tu interior. Te ayudará en el proceso de curarte a ti mismo. Esto es todo lo que hace el Maestro.
El Maestro te enseña el camino, pero tú tienes que caminar con tus propios pies. No hay otra forma. Nadie te puede hacer evolucionar; tienes que evolucionar por ti mismo.
Las acciones hablan más fuertemente que las palabras, y a una persona en el camino espiritual hay que enseñarle a actuar.
El Maestro Espiritual
En el siglo XXI, muchas personas debido al fuerte enfasis que se ha hecho sobre la capacidad individual, sobre la no necesidad de una mediación entre la persona y su espíritu, muchas personas piensan que el maestro espiritual no es necesario. Mi experiencia desde luego no es esa. En la mayoría de los casos hace falta un maestro espiritual, pues sino es muy difícil verlo por ti mismo. Incluso por mucho que leas y escuches vídeos en youtube sobre espiritualidad. El contacto humano es necesario.
Dice el dicho que cuando el discípulo está preparado el maestro aparece. Y en realidad esto es verdad, porque es verdad que todo lo que necesitas está delante de ti. Manifestado por las propias leyes naturales que rigen la naturaleza. Y puede ser cualquiera, puede ser tu vecino que sale todos los días a correr un rato por las mañanas. Puede ser tu empleada del hogar, puede ser tu amigo de toda la vida, pero si lo necesitas tu corazón te dirá donde mirar.
Puedes tener que buscar al principio, mirar aquí y allá, ir a algún curso de meditación, sin embargo cuando el maestro espiritual llega. Aparece. Tu no le estás buscando. Te llega una carta, o la información de un amigo o de repente te das cuenta que puedes acceder a él a través de la pagina de internet que lees habitualmente.