14 de diciembre:
En esa celebración dejarás de intentar negociar con el amor. Las prácticas espirituales y un pensamiento y acción correctas te ayudarán en este camino.
Las personas parecen no terminar de entender de lo que va el amor debido a que están centradas en sí mismas. Siempre estamos pensando: «¿Qué puedo obtener de esto?» «¿Cuánto me ama?» Esto se convierte en el pensamiento predominante en nuestra mente, y así bloqueamos el flujo del amor.
En el amor, el pensamiento debería ser este: ¿Cuánto amo y cuál es la cualidad de mi amor?
Todos somos «Hitlers» en miniatura, porque todos queremos conseguir nuestros fines personales por encima de cualquier otra cosa.
Cuando realmente amas a alguien estás llevando a la unidad la Divinidad que reside en ti y la Divinidad que reside en el objeto de tu amor.
¿Cuál es el objeto de tu amor? No es la persona. El objeto de tu amor es el amor. El objeto de Dios sólo puede ser Dios. Ahora, ¿cómo podría haber dos dioses?
Aquello que reside en ti está en unión con aquello que reside en mí. Cuando realizo esto, amo verdaderamente.
Amamos o negociamos
Le llevas una rosa a tu amiga y se la entregas lleno de alegría, mostrando tu cariño dándole una rosa a tu amada. Tu amada tira la rosa al suelo y la pisa, a ti te duele. Pues bien, aún no le has dado ninguna rosa, la rosa sigue siendo tuya, querías obtener algo a cambio y no lo has obtenido. Luego no estabas dando ninguna rosa. Estabas negociando con tu rosa para obtener algo. Eso no es dar. Cuando das de verdad, como cuando amas de verdad, no eres consciente de que estés dando nada. Pero quien de nosotros sabe dar.
Por eso Respuestas al corazón nos recuerda en la página 269 que todos tenemos un Hitler dentro. Todos tenemos a ese Hitler que quiere conseguir sus fines personales por encima de cualquier otra cosa.
¿Cual es el camino para que ese Hitler deje de llevarnos por los caminos de la amargura y el sufrimiento?