28 de enero:
Pero ten siempre cuidado de no herirte ni herir a otros en el ejercicio de tu libertad, pues la verdadera libertad nunca hiere a nadie.
Pronunciando palabras agresivas podemos hacer mucho daño a toda la vida de una persona. Si herimos a alguien con un palo, esa herida curará en unas semanas o en un mes, pero si dejamos una cicatriz en la mente de una persona, esa cicatriz puede permanecer durante toda la vida.
Un cambio total de actitud se produce cuando aceptas las olas superficiales como parte de la existencia relativa y al mismo tiempo te das cuenta de la existencia absoluta que eres. Empiezas a vivir en ambas esferas simultáneamente. En este momento empezarás a apreciar las olas del océano; puede que sean altas, pero ¿acaso no le parecen bellas a un surfista?
La violencia puede ser expresada de muchas maneras. No sólo con peleas físicas, sino también por el pensamiento, que es incluso más peligroso. Crueldad; la crueldad mental es mucho más dañina que la física.
Tus actos violentos te hacen a ti mucho más daño del que haces a otros.
Libertad para ejercer el olvido
Para practicar la no violencia requerimos del olvido. Sin leer los pensamientos que para hoy trae Respuestas al corazón en la página 316, quizás no puedas entender bien este post. Así pues que primero lee y contempla estos cuatro pensamientos.
En el proceso de ejercer la libertad de ser, el olvido es una factor necesario y el mayor regalo de Dios al hombre. El “perdono pero no olvido” es un oxímoron y una falta de honestidad. Como vas a perdonar sin olvidar, y si no has olvidado, como vas a evitar la crueldad y la violencia en el habla o en el pensamiento.
Desde luego que no hay que conservar en la memoria ningún recuerdo de algo no perdonado, ni sobre otros ni sobre uno mismo. Ni hay culpables, ni hay nadie ahí fuera que no merezca nuestro amor y nuestra compasión. Esto es una verdad que antes o después hay que realizar, es algo de lo que te tienes que dar cuenta, cuanto antes mejor.
Practicar, como promulgaba Ghandi, Ahimsa (no violencia), uno de los cinco Yamas, es sobre todo y en nuestros tiempos evitar ser violento con la palabra y con el pensamiento.
Hoy en día, nuestro entorno, donde vivimos la mayoría de personas en occidente, no es un lugar donde la gente ande practicando la violencia física como algo habitual. No hace tanto tiempo las cosas no eran así, y durante siglos la violencia física era lugar común en el día a día de la existencia de las personas. Aún hoy nos quedan espectáculos deportivos como el boxeo. En occidente, la principal y más peligrosa violencia es la verbal y la que creamos con nuestros pensamientos.
Libertad para despertarte por la mañana olvidado de todas las afrentas que te hicieron o hiciste. Libertad para empezar cada día como se empieza un folio en blanco. Libertad para unirte al mar de la existencia dejando que lo aprendido hasta el momento surja de forma espontánea. Lo aprendido, como montar en bici, no hace falta estar recordándolo cada día. Aprendido está. Libertad para aprender lo nuevo que el día trae, pues cada día trae una nueva lección y una nueva oportunidad para darte cuenta.