Recuerda, no hay dificultades sino oportunidades. Al entender esto, todo lo demás se entenderá. Las dificultades son suposiciones mentales, y si aparentemente hay un problema, ten por seguro que este problema no puede existir sin que exista, a su lado, una solución. Es la ley de los opuestos la que gobierna nuestras vidas, y por ello, ambas cosas existen. Por eso, en toda adversidad, hay una oportunidad.

Daos cuenta de que eso os hace valientes para enfrentar los desafíos de la vida. Busca las oportunidades y no te detengas en las adversidades, porque todo es para bien, todo es para tu evolución. A veces, algunas personas toman el camino alto, y otras, el camino bajo, pero todos estamos llegando al mismo sitio, a lo que es divino. Es una atracción magnética; cuanto más te resistes, más lento será tu progreso. Así que, deja que la vida fluya como el río.
Los cambios vienen, y, no es la misma agua en el mismo lugar, pero el río de la vida fluye, y el río de la vida se mantiene como un río, como una unidad, a pesar de que fluyan diferentes aguas. No te quedes ahí, en la orilla, analizando cómo es posible que esta agua, que estaba aquí hace un momento, ahora esté allá, o que esta otra agua viene hacia aquí. No hagas eso. Mira el río pasar, observa su fluir, escucha su hermosa melodía, el gorgoteo del agua, y escucha profundamente.
Escucha con más atención y encontrarás la llamada de Dios. Él te está llamando a través de todo. Él te está llamando a través de las nubes, a través de la lluvia, a través del sol, a través de las flores, a través de la hierba, a través de mis palabras cuando te hablo. Él siempre te está llamando. ¡Entender esto! Entender esto, y todo lo demás será entendido. La práctica de la meditación te ayuda a mejorar los puntos de vista que tienes sobre tus circunstancias.
Namasté, Fernando Picazo