Satsang Gururaj Ananda Yogi Bhakti Yoga
Ninguna separación existe, porque tú estás en yoga, en unión. Entonces el tú y el yo desaparecen, porque nos fundimos en nuestras propias respiraciones. Tu y yo unimos nuestros corazones con sus pulsaciones. Y su palpitar late a través de nuestro propio ser creando el aliento que yo siento en tu divino beso, porque tu prana no es otro que mi prana. Y entremezclándose, no hay ningún otro prana que pueda estar fuera jamás. Solamente tú y yo
Eso es Bhakti yoga. Eso es el verdadero fundirse.
Las personas que tienen temperamento de Bhakti, siguen este camino, y las que tienen un temperamento de Gñani, de la sabiduría del Gñana yoga, siguen ese camino, y aquellos que por su naturaleza eligen el Karma yoga, dejan que fluya el karma (acción) por sí mismo, potenciado por tu Gñana y por tu Bhakti. Porque cualquier karma (acción) realizado sin Bhakti no tiene ningún valor. No tiene ningún valor, si la esencia de tu devoción no está involucrada en el karma (la acción) que haces.
Así pues, llega un momento en que todas estas cosas se unen unas con otras, y ahí, permites que la mente analítica funcione, permites que tus acciones funcionen, permites que el fluir de tu corazón, de tu Bhakti, funcione. Entonces te haces un Bhakti-Karma- Gñana Yogui, y llegas al RAJ, a ese Raj que te lleva al Camino Real: Raja Yoga.
¿Veis la simplicidad de todo ello? Es solamente ponerlo en práctica. Eso es todo. Y no es difícil en absoluto. Yo lo sé, lo he probado, así que sé de lo que estoy hablando.
Permite que mi vida sea llenada con la esencia de tu verdad, y no habría ninguna diferencia entre tu verdad y la mía, porque yo estoy intoxicado por el vino de la Divinidad y por eso te amo, porque en esa intoxicación veo y siento la Divinidad que está en ti.
Así pues, para el amante de Bhakti, su vida se convierte en pura poesía.
Cada palabra que dice no es sino un poema de su propia realización, y efectuando esas realizaciones, se convierte en un mejor karma yogui. Así que permite que el Bhakti, el Amor, sean los cimientos para que el sentimiento esté involucrado, para que la totalidad de ti esté involucrada en todo pensamiento, en toda palabra, en toda acción. No hay otra cosa sino Bhakti, Bhakti y Bhakti, y eso con toda seguridad te dará Shakti. Esa Gracia Divina te duchará limpiando toda suciedad y desperdicios, y te sentirás refrescado después de la ducha.
Pero aún hay un paso más que dar, y es que la ducha, la hermosa agua fresca o templada, ha estado siempre ahí, y yo siempre he estado allí, pero ahora tengo el sentido para dar un salto y ponerme debajo de la ducha para limpiar la suciedad y hacerme tan puro como el agua que está fluyendo en mí.
¿Veis las implicaciones del Bhakti yoga? Muchas veces encuentras que la gente se involucra en distintos rituales externos. Bhakti está dentro de ti, es ahí donde está.
Canción: Eres mi padre y mi madre, ¿a quién puedo yo ir si no?
Te estás externalizando a ti mismo en un objeto y eso es fe ciega. ¿Quién es el que está ahí arriba y que es tu padre y tu madre? Yo soy mi propia madre y mi propio padre.
Eso es una forma de Bhakti. Pero el verdadero Bhakti amanecerá en ti cuando empieces a darte cuenta de que: yo soy el Shakti de mi Bhakti.
Y es tan bonito para el pastel ser cocido en su propio horno. Tu no cueces el pastel, solo preparas los ingredientes. Es el horno quien lo cuece. ¿Entendéis esto? Que todos los bellos ingredientes: las nueces, el huevo, la harina, lo que sea, están ahí como un medio mientras el horno hace su trabajo.
Así que permite que ese horno que está dentro de ti esté a 350º, para que se pueda cocer tu pastel y comértelo. Esa es la belleza de todo ello.
¿Lo veis? Yo me como el pastel, mientras que el horno realiza el cocer. Ahí está el Bhakti de la internalización, de crear ese horno dentro de ti, con un deseo ardiente, con perseverancia, para crear ese fuego de amor. Pues el amor no es otra cosa que Bhakti.
Entre Rama y Madi, entre Jet y Loret ¡hay tanta devoción! Y entre esos otros dos, no recuerdo sus nombres, Yamu y Anita, se están cociendo a sí mismos el uno en el otro. Es bello ser cocido el uno en el otro, y aquí no estoy haciendo ninguna alusión sexual.
Cuécete a ti mismo ofreciéndote a ti mismo, entregándote a ti mismo, porque entregarse y ofrendarse también es Bhakti, donde disfrutas de la totalidad de tu amado. Eso es Bhakti, y hacerle sentir a él o a ella gozoso o gozosa también. Esa es la otra parte del Bhakti, en el cual dos corazones pueden combinarse y cocerse el uno en el otro en el horno del amor. Eso es Bhakti, y produce un calor tan agradable que el pastel se disfrutará tanto, que incluso te puedes tomar un té con él para mejorar eso que has cocido. Eso es Bhakti.
Así, el verdadero Bhakti necesita mejorarse con circunstancias externas, hasta que te quedas completamente establecido dentro de ti mismo.
Por lo tanto, disfruta de lo que te rodea y hazte sentirte a ti mismo, que ese bello árbol de ahí fuera, esas hierbas que, moviéndose con el viento, están cantando mi canción en su danzar. Así que acercaros y acercaros más y más a mí.
¡Oh viento!, viento divino,
acércate y desordena mis cabellos,
pues yo conozco tu toque y sé que me harás sentir confortable.
Sé que estás aquí desordenando mis cabellos,
así que estoy aquí sin ningún cuidado,
pues ese Shakti me está confortando.
Está ahí, solo necesita el reconocimiento de tu propio ser. Y ¿quién es el reconocedor? Tú, tú mismo.
El Gurú viene, va, y está en todas partes. Él planta un bello árbol de guindas que brillan con la luz del sol, pero tú tienes que ir hasta el árbol, coger las guindas, comértelas, digerirlas y asimilarlas, pero al final todo termina en el wáter.
La vida está para ser disfrutada, y a través de estas variadas maneras, de todos estos variados medios, encontrarás la realidad que hay en ti, la verdad que hay en ti, y esa es la esencia del Bhakti.