Empezamos con el ego. Lo dejamos ser él mismo, libre como un pájaro.
El verdadero valor de la vida es simplemente ser; sé tú mismo, eso es todo lo que tienes que hacer, simplemente ser tú mismo, natural, normal, ordinario: ¿no somos acaso todos gente corriente?
Somos gente corriente viviendo una vida corriente a la que podemos añadir ese reino de amor que está ahí dentro de nosotros. Encontrándolo, se lo podemos comunicar a cada uno de los que nos rodean, a todo nuestro entorno.
Recordad que el ego en sí mismo no es malo. El ego tiene un aspecto denso, pero tiene también un aspecto más fino. Así, aceptar el ego por él mismo, para él mismo, con él mismo, significa que utilizáis el aspecto más sutil para superar los aspectos densos del ego. El aspecto sutil del ego se puede comparar con una fina tela de seda, mientras que los más densos son como la tela de arpillera.
Cuando uno decide ante sí mismo: «Yo no necesito conservar la idea de mí mismo», entonces encuentra la libertad.
Libertad de ser
«Del silencio venimos y al silencio llegamos.» ¿Nos hemos movido del punto cero en una forma elíptica al punto cero, o hemos permanecido en esta misma salida-llegada todo el tiempo? Lo que se sintió como un viaje o un movimiento, se asemeja al estado de los niños en la playa, desnudándose, abriéndose al sol y al aire salado del mar, transportados fuera del mundo sin moverse de la arena, unidos en la construcción de un castillo, olvidados de sí mismos al buscar las algas y las conchas que adornarán las almenas. El estado de gracia no es algo que se pueda expresar fácilmente. A un ciego le puedes describir cómo es una rosa, la puede tocar, sentir, intuir quizá el color que tiene, pero sólo sabrá lo que es una rosa si en su memoria está el reflejo de la flor que pudo ver un día.
Libertad
Esta noche entra el sol en Acuario y este mes que viene lo dedicamos a la libertad de ser. La pregunta es que es esto de la libertad de ser. Todos queremos ser libres, pero a que nos referimos por ser libres. ¿Que es lo que nos impide ser libres y a que llamamos libertad?
En realidad, cuando hablamos de ser libres estamos hablando de la expresión de nosotros mismos en complitud, de la expresión del ego que se expresa de forma natural y espontanea en toda su complitud. La libertad de ser tu mismo.
Para ejercer esta libertad, para simplemente ser tu mismo, no debería hacer falta nada. En teoría simplemente es cuestión de dejarte ser lo que eres plenamente. El ego no es otra cosa que la forma particular de la existencia que experimentas. No es que tengamos un ego, es que somos un ego. El ego es lo que expresamos; ya que expresamos, como una rosa, una individual manera de expresión, que tiene unas cualidades determinadas a través de las cuales se expresa la vida que anima a nuestra particular forma de la existencia. ¿Por que entonces experimentamos tantas dificultades para ser nosotros mismos en libertad? ¿Por que encontramos tantos problemas, para ser, en nosotros mismos? ¿Por que no fluimos en nuestro propio acontecer? ¿Por que la mente sufre? Y lo que es más importante: ¿Que es el libre albedrío?
Para poder solucionar este problema, que es el origen del sufrimiento, vamos a empezar por cambiar la pregunta y preguntar “cómo” en vez de “por que”. Entendiendo como ocurren estas cosas, tendremos poder sobre ellas, y una vez que dejan de afectarnos, buscaremos unirnos a ese “quien” que averiguó el “cómo” para ser nosotros mismos, sin conservar la idea de “mi mismo”. En otras palabras a ese “ello” que observa y decide libremente en nuestras vidas.
Lee los pensamientos que para hoy propone Respuestas al corazón en la página 309 que incluye la introducción a este 11º mes, Libertad de ser. Contempla estos pensamientos después de tu meditación. Respóndete a la pregunta ¿Cual es mi tela de arpillera y que herramientas he recopilado este pasado mes para hacerla tan fina como un pañuelo de seda?
Este mes vamos a averiguar como ocurre todo esto.
