La mente está acostumbrada a buscar todo fuera. Buscamos la paz, la satisfacción en las cosas externas. Procuramos deshacernos de los problemas proyectándonos hacia fuera: trabajamos más, nos divertimos, creemos que la solución está fuera y no buscamos en el interior. Es raro buscar soluciones dentro.
A través de la meditación, como una disciplina, la mente se calma se predispone a buscar dentro. Mirar en tu interior, es algo que haces tú contigo mismo. El profesor puede decirte cómo hacerlo, pero lo tienes que hacer tú solo. Cada día vas aprendiendo profundizar y vas despertando al maestro interior. El profesor sólo es un guía.
Cuando miras hacia dentro primero encontrarás los pensamientos superficiales y después los pensamientos profundos (conscientes y no conscientes). La meditación te lleva a sacar de dentro el pensamiento profundo que está debajo del pensamiento superficial.
El significado del Mantra
Lo importante del mantra no es su significado sino su sonido, la vibración que genera ese sonido al repetirlo mentalmente. Tiene la capacidad de concentrar la mente elevándola.
El mantra tiene carácter sagrado, es una palabra sagrada. Un mantra es un sonido o vibración sagrada que nos permite conectar con las capas más sutiles de nuestra mente. Usamos el sonido del mantra para sujetar la mente en el proceso de inmersión de la mente en sí misma, que es la meditación.
Con la práctica esto puede realizarse de una forma espontánea, uno va atravesando las diversas capas de los samskaras (impresiones) o bloqueos para llegar a un nivel más sutil de donde no volvemos con las manos vacías, porque si pasas un rato en una fábrica de perfumes, cuando sales, vuelves perfumado. Con nuestra meditación seremos capaces de traer con nosotros a un nivel el poder, la energía y el gozo de los niveles más profundos.
Asana (postura)
La posición de meditación es Savasana, esto es acostado en el suelo, lo más cómodo posible, con los pies ligeramente separados, que caen hacia los lados; las manos a los lados del cuerpo con las palmas hacia arriba, los ojos cerrados, se respira por la nariz.
Si a alguien le resulta incómodo hacer esta práctica tumbado, lo ideal es que adopte una postura lo más tumbada posible. Si es posible, es mejor no hacer la práctica en la cama, para evitar quedarse dormido.
Después de tres meses de práctica, se aconseja obtener el mantra personal y se hace sentado. La Asana que se utiliza tiene que ser cómoda, confortable y estable.
Intención
Al sentarte a meditar te será útil realizar un pequeño ritual que te ayudará a centrar tu conciencia y establecer una intención. Encender la vela que simboliza abrirse a la luz de la conciencia.
Oración: Hablar con la luz interior
Haces una oración, no se trata de una oración como una fórmula repetida, sino una oración de corazón. Hablas con lo más profundo de tu ser y te desnudas. Aquí no tienes nada que esconder, nada que disimular, nada que fingir. Puedes explicar tus problemas, tus deseos, tus quejas, dar las gracias… Lo que tú quieras. Se trata de algo muy personal. No suplicas o pides, es una entrega de lo que crees ser, de tus problemas e inquietudes o deseos.
Y… esperas la respuesta.
Ejercicios de tensión – distensión
Tumbado levantas manos, piernas y cabeza ligeramente, a un palmo del suelo más o menos, con las palmas mirando hacia arriba y tensas todo el cuerpo mientras aguantas la respiración. Aguantas en esta posición tanto como puedas, pero sin forzarte y sueltas dejando caer manos y pies a plomo. Si una persona no pudiera levantar las dos piernas al mismo tiempo, por ejemplo, alguien con una lesión en la zona lumbar, lo podría hacer alternando las piernas, en un ejercicio una y en el siguiente la otra.
Haces unos 4 o 5 ejercicios.
ESCUCHA: Centrarse en la respiración y usar el mantra
Después de los ejercicios, estás un momento sin hacer nada más que observar como entra y sale el aire por tu nariz, dejando a la respiración ser, con facilidad y gentileza.
Tras unos segundos en silencio, comienzas a repetir el mantra mentalmente. Deja al mantra repitiéndose solo, como un acto mecánico. Pon tu atención en escuchar, en sentir el sonido del mantra, su vibración y mientras, deja que la mente entre en inmersión en sí misma.
Intenta intervenir lo menos posible. La mente se sumergirá en si misma espontáneamente, pero tú no puedes forzarla a hacerlo. De la misma manera que no puedes forzarte a dormir, no puedes apremiar a la mente para entrar en meditación. Sólo puedes poner las mejores condiciones para que esto suceda y confiar en que sucederá.
Cuando aparecen pensamientos, no luchas, simplemente los observas. Mientras sientas la presencia del mantra, todo está bien. No se trata de eliminar los pensamientos, sino de mantener el mantra en un primer plano de conciencia.
Sólo reaccionas al pensamiento no estoy escuchando o repitiendo el mantra. Entonces, con amabilidad, vuelves a poner la atención en la respiración unos instantes y vuelves a la repetición del mantra. El mantra es lo que te lleva a ese interior sagrado dónde se encuentra el silencio interior. No debes luchar contra los pensamientos, simplemente los observas con ecuanimidad.
Mantra; ANANDA en sánscrito significa amor universal o amor incondicional. No se ha de verbalizar durante la meditación, se repite mentalmente.