Un Mensaje para los Maestros de Gururaj Ananda Yogi
Iniciamos nuestro camino como maestros con la sabiduría de San Francisco de Asís, una oración que encarna el espíritu del servicio desinteresado:
“Señor, hazme un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, que siembre amor.
Donde haya ofensa, que siembre perdón.
Donde haya duda, que siembre fe.
Donde haya desesperanza, que siembre esperanza.
Donde haya oscuridad, que siembre luz.
Donde haya tristeza, que siembre alegría.”
Estas palabras nos recuerdan la esencia de nuestro camino como maestros: no buscar ser amados, sino encarnar el amor; no buscar ser comprendidos, sino cultivar la comprensión; no buscar ser servidos, sino servir. Como maestros de las enseñanzas de Gururaj Ananda Yogi, nuestra labor es inspirar a otros a mirar hacia dentro y descubrir la profunda dicha que reside en su interior. Esta es la misión, el propósito de la vida: no vivir solo para nosotros mismos, sino compartir. Y en ese compartir, expandirnos—corazón, mente y alma—hasta que todo se funda en la belleza divina de la existencia.
El Olvido de Uno Mismo: El Camino hacia la Verdadera Consciencia
Un aspecto clave en nuestro camino como maestros es el olvido de uno mismo. ¿Pero qué significa realmente? No se trata de perder la conciencia de quiénes somos, sino de expandirla. Es ir más allá de los deseos personales y los apegos egoístas, para reconocer la fuerza divina dentro de nosotros que es mucho más grande que el ego.
Muchas personas viven con una sensación de autoimportancia, creyendo que son el centro del universo. Esta falsa percepción genera sufrimiento porque fortalece el dominio del ego. Gururaj usó la analogía de un eje: si el eje está torcido, la rueda no gira suavemente. De la misma manera, cuando nuestro ego está fuera de alineación, la vida se siente desequilibrada. Pero cuando enderezamos el eje—cuando dejamos de enfocarnos en el ego—la vida fluye sin esfuerzo.
El ego, por su naturaleza transitoria, nos ata al sufrimiento. Se alimenta del apego, del orgullo y de la ilusión de separación. Sin embargo, como maestros, estamos llamados a refinar el ego, no a eliminarlo por completo (pues mientras estemos en forma humana, algo de ego siempre existirá), sino a transformarlo en un vehículo de servicio. El mero acto de enseñar refina nuestro ego, porque al guiar a otros, recibimos de vuelta diez veces más la sabiduría que compartimos.

El Peligro del Orgullo Espiritual
Uno de los mayores obstáculos en el camino espiritual es el orgullo. Los maestros, al acumular conocimiento y experiencia, pueden desarrollar un sutil sentido de superioridad, creyéndose espiritualmente elevados. Pero en el momento en que surge el orgullo, el maestro deja de ser un verdadero maestro.
Gururaj contó la historia de un discípulo tan devoto de su gurú que podía cruzar un río caminando sobre el agua simplemente repitiendo su nombre. Cuando el gurú escuchó esto, pensó: “Si mi nombre tiene tanto poder, yo también debería poder hacerlo”. Pero cuando lo intentó, se hundió.
Este relato nos recuerda que el camino del maestro no se trata de poder personal, sino de rendirse ante la fuerza divina que fluye a través de nosotros.
El papel del maestro es transmitir sabiduría, y la sabiduría solo puede transmitirse de un corazón humano a otro. La energía divina debe canalizarse a través de nuestra humildad, nuestro desinterés y nuestra dedicación. Cuando el maestro se convierte en un vaso vacío, libre de autoimportancia, la sabiduría fluye sin esfuerzo, despertando los corazones de los demás.

La Inofensividad: La Expresión Natural del Olvido de Uno Mismo
Cuando comprendemos realmente el olvido de uno mismo, la inofensividad surge de manera natural. El ego, cuando está dominado por el orgullo, se aferra a posesiones—sean materiales o ideológicas—y en su apego, inevitablemente causa daño. La necesidad de defender nuestra posición, nuestras creencias o nuestro estatus nos lleva a pensamientos, palabras y acciones dañinas.
Sin embargo, cuando trascendemos la ilusión de la separación, el deseo de hacer daño desaparece. ¿A quién podríamos hacer daño si vemos a todos los seres como parte de la misma unidad divina? La inofensividad no es simplemente la ausencia de violencia; es la presencia activa de la compasión, un profundo reconocimiento de que cada ser es sagrado.
Pensamiento Correcto y Hablar Correctamente
Nuestros pensamientos moldean nuestra realidad. Un solo pensamiento negativo, si no se controla, se multiplica indefinidamente, nublando nuestra percepción y creando sufrimiento innecesario. Gururaj ilustró esto con un ejemplo simple: una esposa, después de que su esposo le dijera algo desagradable por la mañana, pasa todo el día reviviendo el momento, permitiendo que una sola palabra desagradable se convierta en miles de pensamientos negativos. Este sufrimiento mental podría haberse evitado con un solo cambio de percepción: una sonrisa, una palabra de comprensión.
El pensamiento correcto genera el habla correcta, y el habla correcta es una de las herramientas más poderosas de un maestro. Las palabras llevan energía. Pueden elevar o destruir. Un verdadero maestro habla con claridad, propósito y amor. Cada palabra es medida, no por miedo a decir algo incorrecto, sino porque el maestro ha cultivado el silencio interior que permite que la sabiduría fluya naturalmente.

El Papel de la Meditación en la Enseñanza
La meditación es la base del camino del maestro. Nos aporta alerta, haciéndonos conscientes de nuestros pensamientos y acciones en cada momento. Con el tiempo, esta alerta se vuelve parte de nuestra naturaleza. En lugar de corregirnos constantemente, simplemente fluimos en armonía con la vida, encarnando naturalmente el pensamiento correcto, la acción correcta y el habla correcta.
Muchas tradiciones espirituales se enfocan en la vida después de la muerte, en lo que nos espera más allá de este mundo. Pero Gururaj nos recordó que la verdadera espiritualidad trata de esta vida, este momento. Si vamos a enseñar, primero debemos vivir las enseñanzas. Como una flor que ofrece su fragancia sin esperar nada a cambio, el papel del maestro es inspirar a través del ejemplo.
El Maestro como Canal de Energía Divina
Gururaj utilizó una hermosa analogía: cuando regamos un jardín, antes de que el agua nutra las plantas, primero limpia la manguera. De la misma manera, cuando enseñamos, la energía divina fluye a través de nosotros primero, purificándonos y elevándonos antes de llegar al estudiante. ¡Qué bendición es ser maestro! Porque al servir a otros, nosotros mismos somos transformados.
Nuestra labor como maestros no es imponer conocimiento, sino despertar el conocimiento que ya reside dentro de cada individuo. Así como una pequeña apertura en una semilla permite que brote un árbol majestuoso, el papel del maestro es crear esa primera apertura en el corazón del estudiante, permitiendo que la luz de la realización se expanda.

El Maestro como Portador de Luz
Como maestros de las enseñanzas de Gururaj Ananda Yogi, nuestra misión es servir, no buscar ser servidos; guiar, no imponer; iluminar, no eclipsar. Somos instrumentos de una fuerza mucho más grande que nosotros mismos, y nuestra labor es permitir que esa fuerza fluya libremente, sin la distorsión del ego o el orgullo.
Seamos como la flor que da su fragancia incondicionalmente. Seamos como el eje que gira suavemente, sin resistencia. Seamos como el río que fluye sin esfuerzo hacia el océano de la realización divina.
Porque, al final, la mayor enseñanza que podemos impartir es la enseñanza del amor.
Namaste
Raman Leonato