30 de diciembre:
Arquitectos de nuestra integración, hacemos del proceso un disfrute creativo.
Para que un receptor de radio sintonice y capte adecuadamente la emisión tiene que funcionar bien; los tubos y diodos de la radio han de trabajar bien y en armonía. Esta armonía, en nuestra terminología, se llama integración. Por lo tanto, cuando nuestra «radio» está totalmente integrada, o trabajando en armonía, se puede sintonizar a sí misma para recibir el shakti —esa fuerza, ese poder que llamamos Gracia— y así pasárselo a los demás.
El énfasis debe ponerse en la integración de la mente, el cuerpo y el espíritu. El énfasis ha de estar en alcanzar el Reino de los Cielos que reside en el interior, en alimentarnos de esa fuente infinita. Entonces nuestras vidas se vuelven más armoniosas, más suaves, más completas: llenas de amor, amabilidad, compasión y de todas las virtudes que conllevan.
Para la persona espiritualmente desarrollada no hay piedras que bloqueen el camino, sólo hay caminos empedrados. Esas piedras que bloqueaban el camino se han transformado en piedras del empedrado. Saber que cada experiencia en la vida no es más que una piedra donde pisar para ir hacia arriba y siempre hacia delante. Esta es una de las señales de la persona desarrollada.
Arquitectos de nuestra evolución e integración
Conectar con esa fuente de vida que late enterrada en lo más profundo de nuestro ser, en lo que llamamos corazón. El “Yo Real”. Eso es la integración y el fin último de la evolución del ser humano.
Pero: ¿Que es el “Yo Real” del que hablan tantas filosofías y tradiciones de sabiduría? ¿Que podemos decir del “Yo Real” del “Reino de los Cielos que reside en el interior del hombre” desde la perspectiva del conocimiento humano hoy?
La experiencia de la existencia que estamos teniendo es el contenido de nuestra observación, a través del cual, y con el uso de la razón y del resto de instrumentos de los que disponemos para conocer, el “Yo Real” construye, desde su propia libertad, su propia vida y su propia evolución. Ese es el “Yo Real o el “Reino de los Cielos que reside en el interior”.
Podríamos aceptar que este universo en el que vivimos “comenzó” en el Big Bang, al menos el universo conocido hoy, y en ese momento se produjo un impulso que aún hoy se conserva y que sigue impulsando al universo en un movimiento que el ser humano intenta desentrañar en su totalidad.
Ese impulso es el mismo que te impulsa cada mañana a levantarte de la cama ya que las leyes naturales que rigen el movimiento de cada una de las moléculas de las que está compuesto tu cuerpo son las mismas leyes que rigen el movimiento de toda la energía y la materia del universo (y ambas están íntimamente inter-relacionadas).
Hace 13.700 millones de años comenzó un impulso que en uno de sus particulares caminos y maneras de construir formas llego hasta exactamente la forma que experimentas hoy de ti mismo. Es muy fácil ver esto. El juego del hilito lo llamo. Imaginate que existe un hilito que une a hijos con padres, si tiras de ese hilito están tus padres, si tiras otra vez, están los padres de tus padres, y así sucesivamente. Padres siempre hay, así pues que empieza a tirar de ese hilito y mira a ver donde termina. Obviamente haces el camino de la evolución al reves, pero haces el particular camino que llega hasta ti. Es decir, se podría perfectamente afirmar que ha habido una concatenación de causas y efectos que llegan hasta el día particular que hoy tienes para vivir y que comenzaron con el Big Bang hace 13.700 millones de años. Algunos piensan que es una combinación del azar y la necesidad, otros dicen que azar llaman los tontos al destino, pero lo que no puede negarse es la capacidad creativa que encierra el proceso, capaz de crear una forma de su propia esencia capaz de conocerse a si misma y tu tienes la experiencia de esa capacidad en este cuerpo en el que vives hoy que es el día que tienes la experiencia de estar viviendo.
¿Que parte de nosotros es capaz de crear algo nuevo, que parte de nosotros es capaz de tener un pensamiento original, cual es la naturaleza del poder creativo del hombre? Obviamente no puede ser otro poder creativo que el mismísimo poder creativo del proceso que describe ese hilito que termina en ti, que eres la expresión más al futuro de esa historia de la evolución. Ese poder creativo inherente en la naturaleza y del que eres fruto es tu propio poder creativo y el poder creativo que esta creando tu vida y ese es el “Yo Real”. El yo pequeño es el inventado, la mentira que te has contado a ti mismo sobre ti mismo y es un yo condicionado, ausente de libertad y construido por patrones y condicionamientos del cerebro con los que te has identificado.
El camino que describimos en las paginas de Respuestas al corazón y a través de estos artículos es un proceso de integración. De pensamiento, palabra y acción. De cuerpo, mente y espíritu, de tal manera que puedas actuar al unisono y en armonía contigo mismo. Con el “Yo Real”.
Aunque hay una filosofía que explica los como’s y para que’s de cada una de las prácticas y técnicas de meditación, es sobre todo una experiencia individual de empoderamiento, de asumir quien eres y ser tu mismo. Nosotros enseñamos a las personas a ser ellos mismos, pero no ellos mismos superficiales, el pequeño yo de la identidad y la separación, atado y condicionado por sus propias mentiras, sino del Yo Real, que no es diferente del Poder Creativo que rige la totalidad de este universo de formas e información del que tomamos consciencia, tomando consciencia de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
A través de las paginas de Respuestas al corazón y de estas entradas diarias podrás acercarte poco a poco a conocer el secreto de la vida, lo que todos intuimos que existe, el propósito de esta existencia sin propósito.
