Quizás un título mejor sería: ¿Qué hacer si no tengo dificultades en la vida?. Seguramente esté muerto y no me he dado cuenta.
La situación es esta: estamos fluyendo por la vida, que es lo mismo que decir que estamos jugando. Y, de pronto, nos llega un obstáculo. Me siento amenazado por alguna dificultad. ¿Qué hacer? Saco el “Manual de Enseñanzas Recibidas”, el “MER”, y aplico la solución que me recomienda.
El “MER” dice que cada obstáculo es una oportunidad. Dice que no desperdicie estas oportunidades que se presentan. Aconseja aprovechar esta oportunidad para “hacer caja”. Indica que estaría loco si evito el obstáculo y que lo afronte directamente con todas mis fuerzas.
El ”MER” dice que mi camino personal de crecimiento interior no es evitar las dificultades, sino aprovecharlas todas, encarándolas con decisión. ¿Por qué? Porque los obstáculos solo son fantasmas, espejismos, sombras, juegos chinescos, humo, niebla que desaparece en cuanto doy el primer paso hacia él.

Así que la escena es (o, mi vida es) que yo estoy delante de una máquina de “marcianitos”(esos enemigos horribles que quieren echarme del juego), y, según sale uno, disparo con mis armas, y no voy a perder la oportunidad de “hacer caja”. Porque cada marcianito eliminado me da un bonus, me da puntos. Y acumulando “bonus”, hago saltar la banca, y obtengo horas gratis para seguir jugando.
Al empezar el juego, y según yo voy eliminando “marcianitos” (o, dificultades), voy recibiendo gratuitamente armas para defenderme. ¿Qué armas? Según leo, otra vez, en el “MER”:
1º Yo he nacido “full equip”. He nacido a una vida perfecta (no tengo más que observar el funcionamiento de mi cuerpo, o, mirar al cielo estrellado), y he nacido con todo lo necesario y más.
2º Ya está todo hecho. Los “pasteles” ya están todos cocinados, falta sacarlos al mostrador para empezar a venderlos. O, lo que es lo mismo, la vida se despliega ante mis ojos. Una vida que YA ES TODO lo que tiene que ser. No va a ser más, va a ser diferente. Como una semilla, que contiene al roble, o, al sequoia, que ya tiene en sí todo lo necesario. Le falta desplegarse. Así somos nosotros.
3º Tengo las herramientas del MER (Manual de enseñanzas Recibidas), que me dice que busque en mi interior.
4º Tengo dentro de mí la fuerza más grande que existe en este Universo, que me dice que la muerte es simplemente otra manera de vivir.
Todo tiene su lenguaje. Si quieres conocer algo, tienes que aprender ese lenguaje, ya sea alemán, o, lenguaje de programación, o, electrónica aplicada. La meditación es el lenguaje de ti mismo. Si quieres conocerte a ti mismo, si quieres responderte a la pregunta de: ¿Quién soy yo?, la meditación te lleva de la mano.
Namasté, Fernando.