26 de enero:
La espontaneidad de esa libertad sólo la puede impedir nuestra falta de integración. Integrado me hago libre en esa interdependencia.
¿Y qué estamos esperando? La vida misma debe ser un fluir. ¿Espera el río? No; simplemente fluye, fluye y fluye hasta que alcanza su objetivo: el océano. Entonces el río emerge en el océano. Y ese es su objetivo: no el pequeño río saltarín, sino la totalidad de ese vasto océano.
Todas las cosas de la vida vistas desde la estrechez del análisis mental parecerían no tener propósito. Esta misma idea es la que ha movido al hombre a una búsqueda de la vida. «Lo que parece no tener ningún propósito para mí, ¿podría tener algún propósito?»
Vocación de mar:
Me preguntaba una alumna de meditación sobre la inseguridad. Si existe una receta para liberarse de ese sentimiento de inadecuación. Cual es la receta.
Recetas no hay, pero en todo caso estamos hablando de amar tu momento, de entregarte al mar de las circunstancias que están ocurriendo ahora y donde la existencia toma lugar. Ese es el océano de la existencia, que desde tu perspectiva se expresa en tus circunstancias que son en la que te tienes que desenvolver ahora en este momento.
Este momento es el mar donde desemboca el rio de tu existencia, un rio que comenzó hace muchos, muchos, muchos siglos, pero que en tu pequeña mente solo es la memoria de un riachuelín que inicio sus recuerdos haces unos años. Ese rio es la historia de tu vida que tiene una existencia limitada a tu mente y pensamientos conscientes superficiales.
Vocación de mar, no es vocación de futuro, no es un futuro a alcanzar, pues el mar es la existencia que ocurre ahora mismo. Si estás aquí no hay miedo, si no hay miedo no hay inseguridad y en todo caso; ¿que es el miedo? Delante de un toro, el miedo es una sensación que emborracha y llena de vida si sabes canalizarlo, y si no que se lo pregunten a José Tomas.
Lee los pensamientos de hoy en Respuestas al corazón en la página 315 y contémplalos después de tu meditación.
