La equivocada y persistente sensación de estar separados es un pensamiento natural del ser humano en nuestra cultura: “Lo que está fuera de mi piel, eso no soy yo”. Esta idea es lo primero que nos viene a la cabeza al abrir los ojos cada mañana.
Este pensamiento conlleva una sensación de hostilidad, de estar en un entorno agresivo y amenazante. Implica considerarnos extraños en un mundo ajeno, sintiéndonos separados del resto del Universo. No poseemos un sentido de unidad con el Universo. Por eso decimos, sin darle importancia:
La Conquista de la Naturaleza
La Conquista de América
La Conquista del Espacio
La Conquista de la Luna
Y, a nuestro nivel, también decimos: “Vamos a la conquista de este jueves”. Cuando, en realidad, no es así. No hay nada que conquistar, porque ya todo es nuestro, y, a la vez, nosotros somos todo suyos.

Este pensamiento de separación, equivocado y continuo, nos envenena cada día. Es un residuo inconsciente de la idea bíblica de que Dios hizo el mundo en siete días y creó al hombre haciendo primero una figura de barro, y luego, con un soplo, le insufló el espíritu. Aquí la palabra clave es “hacer”, que es como trabaja un herrero, un carpintero, o como un alfarero hace vasijas de barro. Actúan desde el exterior hacia el interior, desde fuera hacia dentro.
LA NATURALEZA NO SE “HACE” LA NATURALEZA CRECE
Pero, en nuestro caso, esto no es así. La Naturaleza no se “hace”. La Naturaleza crece. Cuando ves “crecer” algo, el proceso es totalmente diferente a “hacer” algo. Crecer significa que se expande desde dentro hacia fuera, como una semilla se convierte en una planta. Ocurre desde dentro hacia fuera, no desde fuera hacia dentro. Por ello, es erróneo decir: “Al venir tú al mundo”, porque nosotros no hemos venido a este mundo como unos paracaidistas. Nosotros hemos crecido de este mundo. Nosotros no estamos separados del Universo, porque ya somos el Universo.
RECUERDA QUIÉN ERES
Y, por esto, cada mañana, al levantarnos, es conveniente que nos digamos a nosotros mismos: “¡Eh!, recuerda quién eres”. La meditación te permite tener una visión interior que refuerza tu sentimiento de Unidad.
Namasté, Fernando