Somos imprescindibles pero no somos el centro del Universo. Nosotros no somos aves de paso que vuelan de Europa a África buscando calor, y en ese camino nos detenemos en un árbol dentro de un entorno hostil y desconocido. Tampoco hemos llegado al planeta Tierra en paracaídas desde territorios ajenos. Somos el resultado del crecimiento evolutivo, del despliegue de una semilla que existe desde el momento cero.
El concepto de Universo es: “el conjunto que contiene todo lo que existe”. El Universo no deja de ser un conjunto de cosas, un conjunto muy grande, pero un conjunto al fin y al cabo.
NO PODEMOS PRESCINDIR NUNCA DE NADA O EL UNIVERSO ENTERO COLAPSARÍA
Supongamos que tenemos, en un almacén, una cantidad de material que pesa 1 tonelada. Una tonelada es un conjunto de 1.000 kilos de material. Si quitamos una pequeñísima cantidad de material, por ejemplo, una décima de gramo, y nos la llevamos, la tonelada desaparece, deja de existir, ya no hay tonelada.

En ese sentido, si retiramos un grano de arena de una playa, el Universo que conocemos desaparece. Sería otra cosa, pero ya no sería este Universo. Así que ese grano de arena es imprescindible para este Universo. Esto es lo que se dice en Ciencia, en el principio de conservación de la energía: “La energía ni se crea ni se destruye. Sólo se transforma”. La suma total de la energía es siempre la misma.
ADMITIMOS QUE EL GRANO DE ARENA SE TRANSFORME PERO NO QUE “MUERA”
Admitimos que el grano de arena se transforme, pero no que se “muera”, o, destruya. Se convertirá en algo diferente, pero no se irá fuera del Universo. De la misma manera, todo lo que existe es imprescindible para que este Universo exista; no podemos prescindir NUNCA de nada, o el Universo entero colapsaría.
SOMOS IMPRESCINDIBLES PERO NO SOMOS EL CENTRO DEL UNIVERSO
De forma que, cada uno de nosotros somos una parte integral del mismo, es decir, somos “socios fundadores” de este club, y, por ello, tenemos “entradas de palco”, de por vida, para todos los eventos y circunstancias que ocurran, desde su inicio hasta el final de los tiempos. Ya nadie nos puede “echar”. Somos imprescindibles, pero no somos el “centro” del Universo. Como se pensaba de la Tierra, que era el “centro” del Universo, y por eso el Sol giraba alrededor de ella. El movimiento existe, pero el “centro” es el Sol. Sólo somos un instrumento necesario; nuestra misión es que la fuerza creativa de la vida fluya a través nuestro, y que disfrute al hacerlo. Es la visión “disfrutona”, gozosa de la vida, ¿por qué no?.
Namasté, Fernando